Los infames memos del encubrimiento del asbesto

 La industria del asbesto se cubrió por décadas -y sigue haciéndolo hoy

La industria del asbesto era muy consciente de que el asbesto era mortal. Sin embargo, las compañías que minaban el asbesto y aquellas que expusieron a los trabajadores, personal militar y consumidores, mantuvieron secreto durante décadas lo que sabían. Así, pusieron en peligro a cientos de miles de personas en todo el mundo; muchos de los cuales han muerto como resultado.

Incluso en los últimos años, algunas compañías continúan tratando de encubrir – y destruir – pruebas. Muchos periodistas han demostrado como la industria ha intentado ocultar la devastación que han causado sus productos a los trabajadores, sus familias y muchos otros enfermos y muertos por enfermedades relacionadas con el asbesto.

Hoy en día, algunas de las compañías más conocidas de Estados Unidos están presionando al Congreso para aprobar una legislación favorable hacia ellas. Esta legislación inclinaría la balanza de la justicia a su favor al enfrentar demandas de personas que están enfermas y muriendo.

¿Desde cuándo sabemos de los peligros del asbesto?

El conocimiento moderno de los peligros del asbesto tiene más de un siglo:

  • En 1900, un médico de Londres descubrió fibras de asbesto en los pulmones de un trabajador de una fábrica de textiles. El obrero murió a la edad de 33 años de fibrosis pulmonar grave, lo que llevó al médico a creer que el asbesto era la causa de la muerte.
  • En 1918, la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos observó un creciente número de muertes inusuales en aquellos que trabajaban con asbesto.
  • A principios de los años 30 se le denominó asbestosis a la enfermedad desarrollada por quienes murieron tras ser expuestos al asbesto en el trabajo.
  • Aunque está prohibido en más de 60 países, el asbesto sigue siendo legal y utilizado en los Estados Unidos. Las enfermedades que causa matan hasta 15,000 estadounidenses cada año.

Las evidencias del encubrimiento del asbesto

Estos son algunos de los ejemplos más conocidos del encubrimiento del asbesto:

  • En 1948, un memo interno de un científico de la industria del aislamiento advirtió que el aislamiento fabricado con asbesto causaba asbestosis:

“Me doy cuenta de que nuestras conclusiones sobre Kaylo [marca de aislamiento] son menos favorables de lo previsto. Sin embargo, dado que Kaylo es capaz de producir asbestosis, es mejor             descubrirlo ahora en animales y no más tarde en trabajadores industriales”.

– Dr. Arthur J. Vorwald, director, Fundación Trudeau, 16 de noviembre de 1948

  • Exxon. Una nota interna titulada “Confidencial de la Compañía”, de 1949, enumera “Cáncer de pulmones” como una enfermedad probablemente causada por el asbesto.
  • National Gypsum Co. En 1958, un memorándum interno, clasificado como “personal y confidencial” de esta empresa minera dice:

“Tan cierto como la muerte y los impuestos. . . si inhala polvo de asbesto te da asbestosis “.

– M.C.M Pollard, National Gypsum Co. 22 de septiembre de 1958.

  • Corporación Bendix (ahora Honeywell). Este es quizá el más famoso y despiadado de todos los memos. Surge del director de compras de la Corporación Bendix (ahora Honeywell) a un funcionario de la empresa canadiense Johns Manville Co.:

“Mi respuesta al problema es: si usted gozó de una buena vida mientras que trabaja con productos de asbesto, porqué no muere de é l”.

– E.A. Martin, Bendix Corporation, 12 de septiembre de 1966

  • Babcock and Wilcox, empresa de diseño y fabricación de calderas y otros equipos de generación de energía. Un funcionario reconoció por escrito que la empresa estaba violando los estándares de OSHA establecidos para limitar la exposición de los trabajadores a las fibras de asbesto. La empresa decidió investigar el problema… pero no advertir a los trabajadores que estaban siendo expuestos. En cambio, el funcionario de la compañía escribió:

“La investigación se va a manejar con la mayor discreción posible. Es una preocupación de los asistentes a la reunión que una huelga o un llamado de OSHA se daría los obreros cobraran                   consciencia del peligro aparente de la exposición al asbesto… En estos momentos, nadie en la reunión quiere que las señales de advertencia se publiquen.”

T.L. Wharton, Babcock & Wilcox, 7 de agosto de 1978

  • Ford Motor Co. Un memorando de 1971 de un ejecutivo argumentaba que 1,25 dólares por coche era demasiado para gastar en alternativas más seguras a los frenos de asbesto. Concluía que la “penalización de costos” de cambiar a frenos de metal o carbono ” es grave “.
  • Union Carbide, gigante de la industria del asbesto. Cuando OSHA publicó sus primeras regulaciones de asbesto para la seguridad de los trabajadores en 1972, la empresa se puso a la ofensiva. La compañía emitió un memorándum a los ejecutivos de ventas que podrían recibir llamadas enojadas de los clientes preocupados por las nuevas regulaciones.

“Si el cliente es persistente y amenaza con eliminar el asbesto – una cierta cantidad de agresividad puede ser eficaz. Palabras y frases como “prematuro”, “irracional” o “evitar lo inevitable” a              veces cambiará el tono de la discusión… Cambiar el estado de ánimo antes de discutir cualquier cosa pertinente sobre las nuevas regulaciones.”

– B.L. Ingalis, Union Carbide 22 de junio de 1972

Cientos de miles de vidas podrían haberse salvado y una tragedia evitada si la industria hubiese respondido apropiadamente a la ciencia. ¿Cómo? Eliminando el asbesto de sus productos. No lo hizo. En cambio, siguió fabricando algunos de los productos de asbesto más utilizados sin informar a los trabajadores ni al público.

Ocultar el peligro a los trabajadores y al público

A pesar de una letanía de memorandos corporativos que reconoce la literatura médica sobre los efectos del asbesto, la mayoría de las empresas que se benefician de su uso continuaron exponiendo a los trabajadores y al público durante décadas.

Hoy en día, Honeywell es uno de los mayores patrocinadores corporativos de la legislación. La llamada Ley FACT, aprobada por la Cámara y aguardando acción en el Senado, retrasaría y negaría la compensación a aquellos que han estado enfermos de la enfermedad del asbesto.

Entre 2010 y 2015, Honeywell contribuyó casi $250,000 a un pequeño número de republicanos de la Cámara que fueron instrumentales en que la ley pasara en el Congreso.

A partir de mediados de los setentas, la industria del asbesto recurrió a agencias relaciones públicas y campañas de prensa. Grandes empresas, como Ford Motor Co, reclutaron a investigadores independientes y consultores. ¿El fin? Cambiar la percepción de la gente acerca de los peligros del asbesto y acallar los reportes negativos.

“… Y ahora, habiendo escuchado el lado malo de los problemas de relaciones públicas, es hora de algunas buenas noticias. Y la buena noticia es que a pesar de todos los artículos negativos sobre el asbesto y la salud que han aparecido. . . muy pocas personas han estado prestando atención”.

Matthew M. Swetonic, secretario ejecutivo, Asbestos Information Association / North American, 7 de junio de 1973

La lucha continúa hoy

Estos son sólo algunos ejemplos de una conspiración que ha durado más de 70 años.  Pero la industria del asbesto no ha terminado. Ahora está llevando a cabo un esfuerzo de cabildeo bien financiado. Desean conseguir la aprobación de una ley que haría mucho más difícil para las víctimas del asbesto y sus familias obtener compensación.

Demandar una compensación económica es la única forma que los afectados tienen de exigir que las empresas se hagan responsables.

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